La justicia española ha dictado que Daniel, el hijo menor de Juana Rivas, deberá regresar a Italia con su padre, en cumplimiento de las resoluciones judiciales internacionales.
La decisión pone fin —al menos de forma provisional— a una larga batalla legal encabezada por la defensa de Rivas, que ha intentado por todos los medios evitar este desenlace.
Los abogados de Juana Rivas habían solicitado que el niño permaneciera en España, alegando el riesgo para su integridad física y psicológica si era obligado a convivir nuevamente con su progenitor.
Sin embargo, los tribunales han considerado que no existen fundamentos jurídicos suficientes para impedir el retorno del menor a Italia, país donde tiene fijada su residencia legal.
Esta resolución supone un nuevo revés para Rivas, cuya historia ha estado marcada por un complejo proceso judicial desde que en 2017 abandonó Italia con sus dos hijos, acusando a su expareja de malos tratos.
Aquel gesto le valió una condena por sustracción de menores, aunque más tarde fue indultada parcialmente por el Gobierno español.
Desde el entorno de Rivas se teme que esta nueva orden judicial pueda tener consecuencias negativas para el menor, por lo que estudian nuevas vías legales para proteger sus derechos y su bienestar.
Mientras tanto, se prepara el proceso de entrega del niño a su padre, en medio de un contexto legal y emocional que sigue siendo extraordinariamente complejo.