La fiscal eleva la pena para el 'Monstruo del Fortnite' por ser reincidente
- Está acusado de cometer numerosos delitos sexuales contra veintiséis menores de 10 años
- Ya fue condenado hace más de diez años por varios delitos contra la libertad sexual de los menores
La fiscal ha elevado la pena que solicita para el 'Monstruo del Fortnite', acusado de cometer numerosos delitos sexuales contra veintiséis menores de diez años por su carácter multirreincidente, lo que podría alcanzar los 500 años de cárcel en lugar de los 325 solicitados inicialmente.
El acusado, A.M.V., de 45 años, ya fue condenado hace más de diez años por varios delitos contra la libertad sexual de los menores, por lo que se trata de una conducta delictiva que se repite en el tiempo.
La Audiencia de Madrid ha finalizado este viernes la vista oral contra el conocido como 'el monstruo del Fortnite', por utilizar este popular juego online para contactar con sus víctimas, acusado de cometer catorce delitos de abusos sexuales, veinticinco de pornografía infantil y trece del artículo 183 del Código Penal, que castiga al que use nuevas tecnologías para contactar con menores de 16 años con el fin de perpetrar agresiones sexuales o conseguir pornografía.
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Por su parte, las tres acusaciones se han adherido a las modificaciones del Ministerio Público en sus informes finales y han enfatizado que el acusado era "plenamente consciente" de que las víctimas no superaban los diez años, tal y como ven acreditado en los relatos de las pruebas preconstituidas de los menores, que fueron mostradas en sesiones anteriores.
El encausado, que declaró el pasado jueves, reconoció la existencia de más de 2.000 imágenes de contenido pornográfico en sus dispositivos, aunque negó que hubiera agredido sexualmente a algún menor o que les "hubiera forzado" a realizar "poses o acciones sexuales".
Reconoce tener "un trastorno de pedofilia"
En la sesión de este viernes el acusado ha hecho uso del derecho a la última palabra, en el que ha asegurado que tiene un trastorno de pedofilia para el que ha pedido ayuda, pero que en ningún caso es un "monstruo o una mala persona": "Soy una persona enferma que necesita ayuda", ha reconocido.
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"A un pederasta no se le cura con pastillas ni con 325 años de cárcel. A las personas que tienen este problema hay que ayudarles para que no vuelvan a delinquir", ha insistido, aunque en ningún momento ha pedido perdón directo a las víctimas, si bien ha lamentado que sus "problemas hayan pasado a personas que no tienen nada que ver".
Un relato "podrido de falsedades"
Todo lo sostenido por el acusado ha sido rechazado por los letrados de las acusaciones, quienes han cargado contra su relato por "estar podrido de falsedades". Asimismo, han asegurado que sus problemas psicológicos "en ningún momento" afectaron a sus capacidades ni "tienen influencia" en su imputabilidad.
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También han destacado las secuelas a largo plazo que siguen sufriendo las víctimas, con sentimientos de vergüenza y culpabilidad, problemas para dormir y dificultades para confiar en la gente.
Por su parte, el abogado de la defensa ha alegado como eximente que el acusado sufre alteraciones psíquicas que le impiden "controlar sus impulsos", así como dilaciones indebidas en todo el proceso.
