La rápida actuación de la Guardia Civil de Arganda del Rey ha salvado la vida a Cloe, una bebé de tan solo 12 días.
Cloe tiene menos de dos semanas de vida, pero el pasado sábado sus padres ya vivieron una situación límite a su costa: mientras estaban en la calle, la pequeña empezó a presentar serios problemas para respirar. "Echó la cabeza para atrás y ahí ya fue cuando me asusté", nos cuenta Alejandro, padre de Cloe.
Alarmados, los padres pararon a un coche patrulla que pasaba. "Nos pide ayuda por favor, que su bebé no respiraba, y nos pedía que le abriéramos camino", explica Manuel, uno de los guardias civiles que les ayudó.
Los agentes, mientras conducían a toda prisa de camino al hospital, le iban explicando maniobras de reanimación a Aimara, la madre, que se había subido al asiento trasero del coche oficial.
"Le explicamos que echara la cabeza para atrás (de la bebé) para que se le abrieran las vías respiratorias, que le introdujera un dedo en la boca", añade el agente.
Una vez llegaron al hospital de Arganda, Cloe entró directa al box vital. "Tenía un color un poco azulado, lo que llamamos cianosis, lleno de secreciones que había que limpiar", explica Laura Álvarez-Cuervo, responsable de Pediatría del Hospital del Sureste.
"Llegas allí y los médicos hacen su magia. Es... emocionante", reconoce sobrecogido el guardia civil.
Días después se han reencontrado. "Como dice mi padre, son dos ángeles vestidos de verde los que tenemos ahora mismo", cuenta la madre de Cloe con una gran sonrisa después de que todo haya salido bien.