Pedro Sánchez ha llevado al PSOE al colapso en estas primeras elecciones tras la irrupción de los numerosos casos de corrupción, o los de acoso sexual tapados desde la dirección socialista.
Hasta ahora, ha perdido la gran mayoría de las citas electorales en las que se ha medido a Alberto Núñez Feijóo. Él es el gran perdedor de la cita, su estrategia de apelar al miedo a la derecha y a la ultraderecha ha reforzado los resultados de PP y Vox.
La pérdida de confianza del votante socialista en el presidente puede tener nuevas paradas en Aragón y en Castilla y León.
El batacazo duele más porque Extremadura ha sido uno de los bastiones históricos del PSOE y es el peor resultado de sus historia.
En Ferraz asumen que Miguel Ángel Gallardo no era el mejor candidato, pero es que ha perdido hasta en su pueblo, Villanueva de la Serena.
Los socialistas han empezado un nuevo ciclo electoral empeorando incluso las malas previsiones y haciendo evidente un intenso desgaste de la marca PSOE.
Aunque echen las culpa a la fuerte desmovilización del votante socialista, la actualidad del partido lleva meses pasando por los juzgados.
Primero los del propio entorno de Pedro Sánchez, su esposa Begoña Gomez, y su hermano, que ha hecho que Gallardo acudiera a estas elecciones procesado por prevaricación y tráfico de influencias
El caso Koldo, dos secretarios de organización entrando en la cárcel, la fontanera Leire Díez tejiendo una red en empresas públicas bajo la investigación del UCO.
A los que ha que sumar varios casos de acoso sexual, empezando por el del exasesor de Padro Sánchez, francisco Salazar, y que ha levantado indigación en el propio partido por la forma de enfrentarlos.
El resultado eleva la presión sobre Pedro Sánchez. En el Gobierno, con su socio exigiendo un golpe de efecto. En el parlamento, son sus apoyos subierndo el precio y marcando distancias con un ejecutivo aun más debilitado tras estas elecciones. Y con comicios en Aragón, Castilla y León y Andalucía en el primer semestre de 2026.