Curro Romero se retiró de los ruedos hace 25 años tras casi medio siglo de leyenda: siete puertas grandes de Madrid, cinco del Príncipe de Sevilla.
Un día como hoy, en la radio anunció su marcha con la misma actitud con la que se enfrentaba al toro: con templanza y naturalidad.
Aquel 22 de octubre colgó sus vestidos de torear para siempre, no así su toreo. El Faraón deja un legado artístico inmortal.