Valdepiélagos: Una droguería ambulante

Manolo tiene 70 años y ya vio como su padre se ganaba la vida como droguero ambulante, con una furgoneta en la que visitaba todos los pueblos de la zona.

Con el tiempo compraron una casa en el pueblo, y allí estableció 'el comercio', una pequeña tienda en la que se vendía desde una bombilla hasta un colchón. Ahora lo lleva su hija Yolanda.

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