Sri Lanka es el país de los zafiros, la canela y las especias, pero su producto estrella es, sin duda, el té. Desde hace 150 años, las plantaciones forman parte del paisaje y la economía del país. La historia de la producción comienza en 1824, en el territorio de Kandy, con el comienzo de la colonización británica de la isla.
La mayor plantación se encuentra en Nuwara Eliya, llamada “la pequeña Inglaterra”, una zona de alta montaña que gracias a su tierra fértil y un clima privilegiado produce el mejor té del mundo, que recogen, a mano, las mujeres de la etnia tamil.