Un mes después de la explosión en Puente de Vallecas, vecinos siguen sin hogar
- Nuria e Ignacio son los propietarios de la vivienda más afectada
Más de un mes ha transcurrido desde que una explosión en un bar de la calle Manuel Maroto, 3, en Puente de Vallecas, sacudiera la vecindad, dejando un trágico balance de 25 heridos y un fallecido.
Mientras las fachadas comienzan a repararse, las heridas de los afectados permanecen abiertas. Para Nuria e Ignacio, dueños del piso más castigado por el siniestro, la pesadilla está lejos de terminar: actualmente viven en la calle.
Tras agotar un recurso de alojamiento temporal, la pareja, que se declara enferma y en una situación de extrema vulnerabilidad, asegura sentirse totalmente abandonada por los servicios sociales. Relatan que se les informó desde dichos servicios que el recurso había concluido y que, por tanto, debían marcharse.
Un muerto y 25 heridos, cinco de ellos graves, tras una explosión de gas en un bar de Puente de Vallecas
Ignacio y Nuria sostienen que en ningún caso abandonaron el recurso de forma voluntaria, y exigen que las instituciones comprendan la gravedad de su situación. Subrayan que no son culpables de que su vivienda volara por los aires y que resulta incomprensible que no exista un recurso para acoger a dos personas en su estado. Su realidad diaria es ahora sobrevivir.
Una fuente pública es el lugar donde se asean, dependiendo de la caridad de los vecinos, quienes les bajan comida y algo caliente. Recuerdan con amargura que, aunque llegaban muy justos con la hipoteca que seguían pagando, al menos tenían un techo donde descansar, un plato de comida caliente, intimidad y un lugar para asearse. Ahora, su mayor temor se ha hecho realidad: la dureza de la vida en la calle, que temen que pueda consumirlos.
Conmoción vecinal en Vallecas tras la explosión de gas: "Se me cayó el suelo"
La desesperación y la incertidumbre se han adueñado de sus vidas, mientras esperan una solución que, de momento, no llega. Su caso pone de manifiesto la difícil situación de numerosas familias que, tras una tragedia, se enfrentan no solo a la pérdida de su casa, sino a un laberinto administrativo que puede dejarles en la más absoluta intemperie.
Según ha asegurado el Samur Social a un equipo del programa, los recursos de alojamiento de emergencia están disponibles para ofrecerles un techo y condiciones de higiene.
