Carlos Alcaraz reaccionó a tiempo, dio un giro radical al partido a partir del segundo set y terminó por doblegar al batallador noruego Casper Ruud (3-6, 6-3 y 6-4), ante el que logró la victoria 66 del 2025, que le sitúa en la décima final de la temporada, la novena seguida, en el torneo de Tokio, ante el estadounidense Taylor Fritz.
No fue el mejor partido del número uno del mundo, que ha ido de recital en recital en este evento nipón. Pretendió, de inicio, alargar esa excelencia que mostró ante el argentino Sebastián Báez, frente el belga Zizou Bergs o contra el estadounidense Brandon Nakashima. Fue a más en cada una de las citas.
Sin embargo, Ruud fue otra cosa. El noruego, otrora número dos del mundo, le arrebató un set, el único hasta ahora en el torneo, y por momentos le llevó al límite.
Una buena situación para acumular experiencia para Alcaraz, que necesitó dos horas y diez minutos para cerrar un compromiso que, por momentos, pareció encasquillado y que le llevó a un nuevo récord personal de victorias.
El murciano, erigido en el primer jugador desde Rafa Nadal en el 2017 en lograr alcanzar diez finales en una temporada, y el cuarto en conseguir nueve de forma consecutiva desde 1990, registros a la altura del 'Big Three', dio la sensación de afrontar el sexto cara a cara ante Ruud con cierta prisa, con algo de precipitación. A base de golpes.
"Recuperé la alegría en el segundo set"
El número uno del mundo reconoce que no pudo aprovechar las numerosas oportunidades que tuvo en el primer set y que perdió ante Ruud aunque después recuperó la mentalidad positiva y la alegría para remontar el encuentro y alcanzar la final, la décima del 2025.
"Tuve muchas oportunidades en el primer set. Cuatro puntos de rotura si no me equivoco. Son solo detalles así que intenté ser más positivo que en el primer set. Estaba molesto conmigo mismo así que intenté jugar con alegría otra vez. Con muchos pensamientos positivos en mi mente", dijo tras el partido Alcaraz que logró batir su mejor registro de triunfos en una temporada, con 66.
El murciano, que jugó con el tobillo izquierdo protegido por la torcedura que sufrió el jueves pasado, ante el argentino Sebastián Báez, disputará el título al estadounidense Taylor Fritz, con el que perdió hace ocho días en la Laver Cup.
"Fritz está jugando un tenis excelente últimamente. Desde la Laver Cup contra mi y contra Alexander Zverev y aquí en este torneo. Se siente muy bien y muy cómodo en la cancha. Todo es diferente desde San Francisco. Es otro reto para mi y lo afronto con ilusión", añadió Carlos Alcaraz.