El Ayuntamiento de Madrid estudia la creación de un registro de ADN de mascotas para identificar sus excrementos y así proceder a sancionar a los dueños que no recojan las cacas.
Sería una especie de CSI canino que habilitaría a la administración local para aplicar unas multas de entre 750 y 1.500 euros. Hemos comprobado que Madrid Río es desgraciadamente una zona donde hay multitud de excrementos, lo cual es bastante desagradable en zonas ajardinadas, donde son menos visibles.