Miguel Garrido vaticina la ruina del sector turístico si se implanta la cuarentena al visitante y espera que recapaciten

Miguel Garrido vaticina la ruina del sector turístico si se implanta la cuarentena al visitante y espera que recapaciten

Miguel Garrido, presidente de CEIM y vicepresidente de la CEOE califica de “desconcertante” el anuncio del gobierno de que los turistas deban pasar 15 días de cuarentena al entrar en España. A Juan Carlos Colmenarejo en Buenos Días Madrid de Onda Madrid le asegura que “es ridículo y no tiene sentido que una persona que viene a nuestro país tenga que hacer cuarentena. Espero que recapaciten después de hablar con el sector turístico. Sería una condena a una actividad que ya va enfocada a la ruina, pero que lo agravaría”.

Miguel Garrido cree que “en todo caso, habría que testar a los turistas, para evitar que entren los que están contagiados, porque hay métodos para ello”.

Volver a la cordura

“Espero que todo esto vuelva a la cordura. Sea porque a nivel europeo se imponga un criterio sensato o porque se le haga ver al Gobierno que nadie vendrá a España mientras eso esté vigente. Da cierta desazón que permanentemente se vean medidas que se implantan sin pensar”.

"Se quiere aprovechar la crisis para regular la vida a los ciudadanos y no está sustentado en razones sanitarias"

“Parece que se quiere ir más allá para lo que realmente se persigue y parece que se quiere aprovechar la crisis para regularnos la vida a los ciudadanos. Eso es algo que a mí me preocupa porque no parece que esté sustentado en razones sanitarias”.

Regular las rebajas "es un atentado y un capricho"

Preguntado por la decisión de prohibir las rebajas físicas, Garrido cree que es muy difícil de evaluar. “Nosotros reclamamos la libertad empresarial. Es el empresario el que arriesga su patrimonio. Para ello, debe tomar decisiones legítimas que hagan que su negocio salga adelante. Con la temporada de primavera ya perdida, lo que necesitan es darle salida. Me parece un gravísimo atentado y capricho intentar regularlo. Existe un marco jurídico e ir al extremo de decirle a un empresario qué precios pone…es algo absolutamente inaceptable”, déjenles. Ellos conseguirán con sus decisiones salir adelante”.

"El coste de la parada, cada día que pasa, es un coste enorme en desaparición definitiva en tejido empresarial y empleos"

Garrido piensa que la Fase 0 en Madrid tiene un coste económico importante. “Es malo tanto sanitario como económicamente. Nosotros desde el principio hemos respetado escrupulosamente las decisiones de las autoridades en materia sanitaria de restricción y sólo hemos hecho colaborar en el cumplimiento de esas medidas", señala.

"Pero lo que hemos hecho es evaluar el impacto económico de esas medidas -añade- y hemos reflejado que el coste de la parada, cada día que pasa, es un coste enorme en desaparición definitiva en tejido empresarial y empleos. Todos sabemos que cuando acaben los ERTE van a suponer la destrucción de miles de empleos. Cuanto más tiempo esté parada la actividad más grave será la herida.”.

130.000 empresas desaparecidas

“En los dos meses de parón tomamos la decisión de no hacer previsiones, porque la realidad siempre ha superado las peores previsiones. Me parece razonable que un 35 por ciento no vaya abrir los bares, y seguro que habrá gente que pensando que puede abrir no podrá hacerlo. Los autónomos están con el agua al cuello. En España han desaparecido ya 130.000 empresas en un mes. Son cifras de dimensiones increíbles”.

Los ERTE se convertirán en ERE

Sobre ERTE y despidos procedentes, Garrido cree que cuando acabe todo, los ERTE se convertirán en ERE. Lo que no parece justificable es que ante una situación sobrevenida, más allá del cierre obligatorio, se elimine una herramienta que estaba en la legislación (ERE), cuando la causa económica es tan evidente".

"Lo que queremos las empresas es proteger el empleo pero no lo podemos hacer prohibiendo despedir -asegura- Lo que hay es que facilitar herramientas de sensibilidad porque necesitamos que las empresas sobrevivan. Tenemos una regulación más estricta que antes y eso no tiene sentido. No hay que dificultar que las empresas ajusten sus plantillas a las necesidades de la empresa. Queremos mentalizar a la administración de esas actuaciones porque si desaparecen las empresas, desaparecerán el 100 por 100 de los trabajo y no el 20 o 30 por ciento de lo que lo harán con ERE”.

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