El empleo senior o cómo romper la barrera del edadismo
- Hemos hablado de ello en nuestro nuevo videopodcast con Sonia de Paz, profesora de la URJC y con Juan Carlos Santamaría, director de comunicación de Ubikare
El envejecimiento de la población es uno de los retos sociales y laborales más importantes en la actualidad. Sin embargo, no tiene por qué ser algo abordable desde el punto de vista negativo.
Los trabajadores de más de 45 años, considerados como talento ‘senior’, pueden sacar partido a sus experiencias vitales y ser el complemento fundamental en equipos compuestos por gente joven.
Hemos hablado de ello con Sonia De Paz, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y con Juan Carlos Santamaría, director de comunicación de Ubikare.
Ambos han puesto el foco en el edadismo y en la necesidad de llevar a cabo una transformación social y empresarial con el fin de aprovechar el talento senior.
Tanto Sonia como Juan Carlos han coincidido en que la prolongación de la vida laboral debe ser una opción voluntaria y flexible, adaptada a la salud de la que goce la persona en cuestión, así como de sus motivaciones y, por supuesto, del tipo de profesión que desempeñe.
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"No es lo mismo subirse a un andamio con 70 años que trabajar en el ámbito académico o de la comunicación", explicó Sonia, que también destacó la importancia de mantener la motivación y el propósito vital más allá de la edad.
Por su parte, Juan Carlos ofreció un testimonio inspirador al relatar su cambio de profesión a los 62 años. “No es cuestión de suerte, sino de mantenerse actualizado, activo y con una buena red de contactos”, señaló.
En este sentido, ambos ponentes coincidieron en la importancia de la formación continua, la adaptación tecnológica para conocer nuevas herramientas tales como la Inteligencia Artificial y el cuidado de las habilidades sociales y colaborativas.
Uno de los mensajes clave fue la necesidad de fomentar los equipos intergeneracionales, compuestos por personas menores de 25 y mayores de 45 años, así como romper con los estereotipos que marginan a ambos grupos de edad.
“El edadismo afecta a ambos extremos del espectro laboral. Necesitamos estructuras flexibles y espacios de colaboración donde convivan distintas generaciones”, defendió Sonia.
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Asimismo, se abordó el papel crucial de la universidad en la formación permanente, mediante micro credenciales y formatos accesibles que permitan a los ciudadanos reciclarse profesionalmente a lo largo de la vida.
Todo ello con el fin de sensibilizar sobre los retos demográficos e impulsar el cambio en el ámbito no sólo académico, sino también empresarial y social.
