La Comunidad de Madrid se encuentra entre las autonomías que más biorresiduos recogen de toda España. Estos son los residuos orgánicos biodegradables de origen vegetal y/o animal, que son susceptibles de degradarse biológicamente, como los alimentos o residuos de jardines, por ejemplo.
Es un dato que ha dado este viernes la directora regional de Economía Circular, Cristina Aparicio, en el encuentro internacional 'Waste in Progress: Best Practices in waste prevention and separate collection', celebrado en Gerona, y que ha reunido a más de un centenar de profesionales del sector.
Más de 170.000 toneladas
Según los últimos datos publicados a finales de 2019, en la región madrileña se han recogido 170.500 toneladas de residuos orgánicos, lo que representa un 20% del total de España y lo que le hace estar a Madrid entre las tres primeras autonomías en su gestión eficiente.
La directora general ha querido agradecer el compromiso de los madrileños con el medioambiente y con la separación de residuos. A pesar la competencia de recogida y tratamiento es de carácter municipal, desde la Comunidad se trabaja para ofrecer apoyo jurídico y técnico, además de ayudar con la financiación a los municipios más pequeños.
Solamente en la región hay más de 400 empresas dedicadas a su correcta gestión que tratan anualmente 3,1 millones de toneladas y generan más de 3.000 empleos directos. Asimismo, esta actividad supone 1.100 millones de euros del PIB español asociado a este sector, apuntan.
Según la directora general, estos datos "reflejan que los esfuerzos del Ejecutivo regional en los últimos años están dando resultados y, por ello, destinará más de 46 millones de euros en ayudas para financiar proyectos de innovación tanto a ayuntamientos como en empresas, a través de los Fondos Europeos". Una convocatoria que se ha ampliado y seguirá abierta hasta el 15 de junio.
La primera línea de actuación de este programa está dirigida a la implantación de nuevas tecnologías separadas, especialmente biorresiduos, y la mejora de las existentes. En segundo lugar, podrán emplearse para la construcción de instalaciones específicas para su gestión.
También tienen como objetivo la creación de nuevas estaciones de preparación para la reutilización y el reciclado de otros flujos de residuos. Por último, se financiarán las inversiones relativas a las actuales plantas de recogida, triaje, clasificación y mejora de las de tratamiento mecánico biológico.