El Consejo Regional de Patrimonio Cultural de Madrid ha comenzado con los trámites de protección oficial de Valdetorres del Jarama.
Se trata de un asentamiento rural, edificado a finales del Siglo IV y ocupado hasta el siglo V. Al norte de la Comunidad de Madrid, sobre la segunda terraza del río Jarama, es una muestra de la situación geográfica estratégica de la que gozaba la región desde la conquista romana.
Este era un territorio de paso entre el Valle del Duero y la depresión del Tajo, articulado por varias vías naturales.
Ofrecía acceso a tierras fértiles, aguas, rutas comerciales y control territorial, con tres enclaves que organizaban la vida y el control del territorio: la actual Alcalá de Henares, Mantua y Titulcia.
A partir del siglo III, estos asentamientos se convirtieron en el núcleo de producción agrícola y en el reflejo del poder económico y social de las élites.
Residencia, taller y almacén, Valdetorres contaba con tres partes que representaban una compleja red de producción y vida doméstica, con diferentes niveles de confort por habitantes.
En 1977, Andrés Caballero identificó los primeros restos arqueológicos. Su hallazgo fue confirmado por el técnico del Museo Arqueológico Nacional, Luis Caballero, que pronto intuyó la relevancia del lugar.
Planta octonogal única
Un año después comenzaban las primeras excavaciones, dirigidas por Caballero, junto a los arqueólogos Javier Arce y Miguel Ángel Elvira.
En aquellos años se documentó por primera vez la singular planta octogonal de la residencia, lo que marcaría el principio de una investigación que se prolongaría durante décadas.
Su disposición centralizada y en bloque es toda una rareza en el mundo romano.