Comienza la demolición del edificio de Martínez Campos tras los derrumbes del sábado

El Ayuntamiento ha dado comienzo a los trabajos de demolición del edificio del número 19 del paseo del General Martínez Campos, que se derrumbó el pasado 22 de mayo matando a dos trabajadores, mientras el Samur Social se ha encargado de buscar alojamiento para seis personas de un inmueble aledaño desalojado por los últimos derrumbes del pasado sábado.

Durante la madrugada del sábado se produjeron nuevas caídas de material que provocaron el desalojo de los vecinos de 21 viviendas de un edificio colindante con el derrumbado, en la calle Viriato. A última hora de la tarde de ayer, solo los vecinos de dos viviendas (en una de ellas una familia de cinco miembros y en la otra un único habitante) habían solicitado la ayuda de Samur Social para alojarse durante el tiempo que sus pisos deban estar vacíos, periodo que el Ayuntamiento calcula que será de un mes, aunque tal vez se acorte en función de cómo avancen los trabajos de demolición.

El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha dicho hoy al ser preguntado al respecto en una rueda de prensa que la prioridad del Ayuntamiento es garantizar la seguridad de las personas mientras se realiza una "obra complicada" que tiene "afecciones" sobre los edificios de alrededor. "Trataremos de minimizar al máximo esos efectos, recordando que se trata de un problema sufrido en una obra particular", ha dicho el responsable municipal de urbanismo, que ha explicado que "todo" se ha planificado para que puedan comenzar las obras de demolición en el día de hoy.

Ayer técnicos de control de verificación, Emergencias, Bomberos y Samur mantuvieron una reunión para determinar el inicio de los trabajos, toda vez que la empresa propietaria del inmueble comunicó el viernes al Ayuntamiento que no encontraba una dirección facultativa para realizar la demolición.

Fuentes municipales estiman que la obra va a ser mayor de lo esperado porque hay mucha parte interior afectada; en principio, se mantendrá la fachada de Martínez Campos y el resto está valorando para ampliar la declaración de ruina.

Parte de los trabajos se podrán realizar con grúa, y otra parte habrá que hacerla a mano, además de consolidar las zonas que hay que mantener. Por lo pronto, hoy se trasladará al lugar la maquinaria necesaria y se tomarán las medidas de seguridad iniciales.

La Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (Cpphan) informó favorablemente la propuesta del Departamento Técnico del Servicio de Conservación y Edificación Deficiente del Ayuntamiento para declarar "ruina física inminente parcial" el edificio.

Las zonas a las que afecta la declaración de ruina son las tres últimas crujías de la finca hacia el norte que incluye un transformador, la fachada con la calle de Viriato (parcialmente demolida en su última planta como consecuencia de la intervención de los bomberos), la medianera con el número 62 de la calle de Viriato, que quedó en equilibrio inestable tras el colapso de la estructura colindante, y la esquina noroeste del patio protegido.

Dicha zona tiene forma de 'L' en planta y comprende el área ya colapsada, la fachada a la calle de Viriato y la línea que forma la caja de escalera de servicio y el muro sur del patio simétrico al colapsado. En la zona correspondiente a la fachada principal del inmueble (la que da a Martínez Campos) y al patio principal de la finca la situación no supone un riesgo irreversible, por lo que la edificación en esta zona puede conservarse, si bien se deberán tomar medidas de seguridad para garantizar la estabilidad de la estructura.

Erigido en 1931, el inmueble, de ocho plantas sobre rasante, está catalogado con un nivel de protección parcial, siendo el área del patio y escalera principales, así como las dos fachadas y el portal, elementos de restauración obligatoria. El derrumbe se produjo el 22 de mayo cuando durante unas obras para reformar el edificio y convertirlo en viviendas de lujo el forjado de la séptima planta se desplomó, arrastrando el de los niveles inferiores.

Como consecuencia del suceso murieron dos obreros: el extremeño José María Sánchez, de 56 años, y Agustín Bello, de 42 y vecino de Parla, a quienes los bomberos tardaron 50 y 64 horas, respectivamente, en rescatar dada la peligrosidad de los trabajos y la cantidad de escombro caída.