China ha despejado la duda. Celebrará su décimo octavo congreso del partido Comunista el ocho de Noviembre.
Será el Congreso del cambio generacional, pero detrás del telón quedarán las luchas de poder que han acabado con la estrella de varios dirigentes.
Entre ellos el caso más escándoloso es el de Bo Xilai, ex ministro de Comercio chino.
CONGRESO EN UN MOMENTO CRÍTICO
Un día después de anunciada, tras meses de intriga, la fecha de inicio del XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh), la prensa oficial habló hoy por primera vez abiertamente de cita, destacando que se produce en "un momento crítico" y en ella deberá atenderse el problema de la "extendida corrupción política".
"Para la ciudadanía china, el asunto más urgente es el desinhibido y extendido abuso del poder y la corrupción entre altos cargos del Gobierno y empresarios", aseguró la agencia Xinhua en un análisis del Congreso, que se inicia el 8 de noviembre y elegirá la cúpula que gobernará el país durante los próximos 10 años.
Según el medio oficial, el XVIII Congreso y el liderazgo que salga de él tendrán la responsabilidad de "respetar más el deseo del pueblo a la hora de elaborar políticas", así como "ajustar sus relaciones con las principales potencias mundiales".
Xinhua predice "grandes cambios para China y el resto del mundo" tras el Congreso, que según el medio oficial llega en un delicado momento en el que la segunda economía china enfrenta fuertes presiones debido a la crisis de sus socios comerciales por las crisis de deuda, que afectarán a su crecimiento.
"La era de crecimiento económico 'ultrarrápido' acabará pronto en China", vaticina Xinhua, prediciendo que de un aumento anual promedio del 10,7 por ciento entre 2003 y 2011 se bajará a tasas inferiores al 8 por cien en años venideros.
El énfasis de la propaganda oficial china en la lucha contra la "extendida corrupción" coincide con el momento en el que uno de los más destacados ex dirigentes comunistas -y hasta el año pasado candidato a entrar en la cúpula que se formará en noviembre-, Bo Xilai, ha sido expulsado del partido y puesto en manos de la Justicia por delitos económicos, entre otros presuntos crímenes.
"En el caso se mantuvo el principio de que, sin importar lo alto que sea el cargo de un miembro del Partido o su influencia, debe enfrentar sus responsabilidades y afrontar graves castigos por violar la ley y la disciplina", señala Xinhua en otro comentario centrado en el caso de Bo, ex ministro de Comercio y jefe de la municipalidad central de Chongqing.