Un soldado norteamericano mató hoy a 17 civiles e hirió a cinco durante una incursión armada de madrugada cerca de una base militar en la provincia de Kandahar, en el sur de Afganistán, en un suceso que la OTAN investiga.
Un miembro del consejo administrativo local, Agha Lalay, informó a Efe de que entre las víctimas figuran mujeres y niños, y que el militar estadounidense abrió fuego contra ellas tras abandonar por causas desconocidas su base en el distrito de Panjwai.
La misión de la OTAN, la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), divulgó a primera hora de la mañana un comunicado en el que lamentó "un incidente que ha desembocado en víctimas afganas", y expresó sus condolencia a las familias.
El comunicado informó de que el soldado implicado en el "incidente" había sido arrestado pero no precisaba el número de víctimas causadas por el detenido.
En el texto tampoco se indicaba el motivo que habría inducido al soldado a cometer la matanza, sobre la que anunció que la ISAF abrirá una "investigación".
Según dijeron fuentes militares posteriormente, el soldado ha sido presa de una crisis nerviosa.
El portavoz de la ISAF en Kabul, Justin Brockoff, confirmó a Efe la detención del militar, y en declaraciones realizadas al mediodía anotó que "según nuestros informes preliminares no se han producido muertos, solo heridos".
En manifestaciones a la agencia local AIP, un portavoz del movimiento talibán, Qari Muhammad Yousaf Ahmadi, afirmaba en paralelo que 45 civiles habían muerto en el incidente, y que no se había tratado de una acción individual.
"No fue obra de un solo soldado sino de varios que entraron en las casas para matar a gente", dijo el portavoz insurgente, que aseguró que solo en el poblado de Palambi habían muerto once miembros de una misma familia.
El movimiento talibán suele magnificar los incidentes armados entre la población local y las tropas internacionales.
Cuna del movimiento talibán en la década de los noventa, Kandahar es uno de los principales feudos de los insurgentes, que cuentan con simpatía popular en la provincia y la han convertido en escenario frecuente de operaciones armadas.
En declaraciones al canal de televisión local Tolo, el portavoz del ministerio afgano de Interior, Sediq Sediqi, hizo un llamamiento a la calma, y pidió a la población de Kandahar que permanezca tranquila hasta que "se esclarezca el incidente".
"Es un incidente infortunado pero pedimos a la gente que espere al resultado de la investigación", apuntó.
La matanza se produce en medio de un fuerte clima anti norteamericano en Afganistán tras la quema de coranes por soldados de EEUU a fines de febrero en la base de Bagram, cercana a Kabul y la principal de la OTAN en suelo afgano.
Una treintena de personas murieron en la represión de las manifestaciones de protesta convocadas en diversos puntos de Afganistán por la profanación, que el mando norteamericano lamentó y atribuyó a "un equívoco".
Un total de 130.000 soldados extranjeros permanecen en Afganistán tras el comienzo en julio de la retirada gradual del contingente de la OTAN desplegado en el país asiático, de acuerdo con un calendario que está previsto que concluya en 2014.
El proceso coincide con una de las etapas más sangrientas del conflicto iniciado hace más de una década.
Y abre incógnitas sobre el futuro de Afganistán ante el fracaso de los intentos de poner en marcha un proceso de negociación entre el Gobierno del presidente Hamid Karzai y el movimiento talibán, para garantizar la paz en el país.