En Yemen, cinco personas han muerto y más de 40 resultaron heridas por balas, en una manifestación, que tenía lugar el jueves, en la que se pedía que el presidente del país, Ali Abdalá Saleh, fuera juzgado por sus delitos.
Decenas de miles de personas emprendieron una marcha desde la plaza de Taguir , epicentro de la revuelta, y se dirigieron a la entrada de la calle de Al Zubeiri, que conduce a una zona de edificios oficiales, incluido el Palacio Presidencial.
La protesta estuvo protegida por las fuerzas del general disidente Mohsen al Ahmar hasta llegar a la calle Zubeiri, controlada por las fuerzas leales a Saleh. En ese punto, las fuerzas desertoras se retiraron y dejaron a los manifestantes indefensos ante las balas de grupos armados que iban vestidos de paisano, supuestos seguidores del presidente.
La violencia continúa en el Yemen a pesar de que Saleh firmó ayer la iniciativa auspiciada por países del Golfo y considerada un paso esencial para salir de la crisis que sacude el país desde el pasado 27 de enero.
Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, vive una situación de crisis y de revuelta popular contra el régimen de Saleh, quien ha presidido el país desde la unificación entre el norte y el sur en 1990.