A escasas horas para el cierre de los colegios electorales argelinos, el porcentaje de participación en los comicios legislativos se situó en el 27,04 por ciento, anunció hoy el ministro argelino del Interior, Dahu Uld Kablia.
En unas declaraciones retransmitidas en directo por la televisión estatal argelina, Uld Kablia subrayó que a las 15.30, hora local (14.30 GMT) has aumentado la participación en las grandes ciudades, donde tradicionalmente se registra una gran abstención.
Según comentó el ministro, la participación en la capital a esa hora era del 19 por ciento, en Tizi Uzu, al este de la capital, del 12,72 por ciento y en Bejaia, también al este de la capital, del 16,89 por ciento.
Por otra parte, el ministro destacó que el índice de participación más elevado se había registrado en Tinduf (suroeste) donde el 55,81 por ciento de las personas censadas habían ejercido su derecho a voto a las tres y media de la tarde.
El responsable agregó que la siguiente comparecencia será a las 18.30 hora local, media hora antes del cierre de los colegios.
Además, comentó que en ese momento se anunciará qué provincias han solicitado la prolongación, por una hora, del cierre de los colegios.
A las 10.00, hora local (09.00 GMT), la participación era de un 4,11 por ciento y a las 12.00 (11.00 GMT) del 15,5 por ciento.
En los anteriores comicios legislativos, celebrados en 2007, la participación no superó el 36 por ciento.
Por otra parte, la Comisión Nacional de Supervisión Electoral ha asegurado haber detectado 113 "infracciones", en su mayoría materiales, que no han influido en "la buena marcha del proceso electoral", según dijo el presidente de dicha comisión Slimane Boudi, en unas declaraciones recogidas por la agencia oficial APS.
Más de 21 millones de argelinos están llamados a elegir el futuro Parlamento, de 462 diputados, entre los candidatos de 44 partidos políticos y 183 listas independientes, en unas elecciones en las que la participación es una de las principales claves.
Las autoridades han vinculado la participación con el apoyo popular a las reformas políticas auspiciadas el año pasado por el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, en respuesta al estallido de las revueltas árabes que descabezaron los regímenes de Túnez, Libia y Egipto.