El presidente sirio, Bashar al Asad, destituyó hoy al gobernador de la provincia de Deraa tras la muerte de al menos cinco manifestantes en unas protestas que estallaron el pasado viernes para exigir reformas políticas.
"La destitución del gobernador se produce en respuesta a las exigencias del pueblo de Deraa, a la luz de los errores mortales que se cometieron al tratar con los manifestantes", asegura un comunicado oficial emitido hoy.
Según la nota, el presidente ha enviado una delegación a la ciudad para hablar con las familias de la víctimas, mientras continúan las protestas en la localidad por tercer día consecutivo.
La comisión se encontró con los familiares de los fallecidos (cuyo número asciende a seis, según algunas ONG, y se reduce a dos, de acuerdo con medios oficiales) en una carpa levantada para la ocasión, a los que prometió que los responsables de esas muertes serán perseguidos.
Asimismo, la delegación recibió a algunos notables de la ciudad que le presentaron varias exigencias, entre ellas la liberación de los presos políticos.
Por otra parte, un activista que habló bajo condición de anonimato denunció que un manifestante, que identificó como Raed al Kerad, murió hoy y otros 60 resultaron heridos durante las protestas llevadas a cabo que coincidieron con la visita de la comisión, lo que han negado los medios de información oficiales.
Desde la agencia oficial de noticias siria se explicó el uso de munición real asegurando que los responsables de seguridad habían sido instigados por personas no identificadas que se habían infiltrado entre los manifestantes.
Además, han sido puestos en libertad 15 adolescentes que habían sido detenidos por pintar en los muros de un colegio de Deraa eslóganes revolucionarios que se hicieron famosos en las protestas de Egipto y Túnez como "El pueblo quiere la caída del régimen".
Ayer, las autoridades sirias anunciaron que tomarían medidas legales contra los responsables de la muerte de los manifestantes.