El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó hoy el Museo del Holocausto y la Tumba de Teodoro Herzl en la última etapa de su visita a Israel y Palestina, en la que también celebró una nueva entrevista con Benjamín Netanyahu y se desplazó hasta Belén para visistar la basílica de la Natividad.
Obama comenzó la jornada en el Monte Herzl de Jerusalén, donde a primera hora colocaba una corona de flores ante la tumba del ideólogo del Estado judío y otra en la del asesinado primer ministro, Isaac Rabin, enterrados a unos cien metros el uno del otro.
Poco después se trasladó al Museo del Holocausto, visita obligada para cualquier mandatario extranjero, para rendir homenaje a los seis millones de judíos asesinados por los nazis. Allí el presidente estadounidense recordó que el Estado de Israel no es producto del Holocausto.
Posteriormente se trasladó hasta Belén donde realizó una breve visita privada a la Basílica de la Natividad de Belén, que se vio retrasada por el mal tiempo y una entrevista más larga de los previsto con el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Obama, que iba acompañado por el secretario de Estado, John Kerry, debió llegar por tierra debido a nubes bajas y arena, lo que impidió que el helicóptero despegara de Jerusalén.
En la basílica fue recibido por el presidente palestino, Mahmud Abás, a quien ya había visto ayer en Ramala, la alcaldesa Vera Babún, y líderes religiosos.
En Belén el presidente estadounidense puso fin a tres días de gira por Israel y Palestina en los que ha sondeado las perspectivas de paz en la región.
Su avión Air Force One despegará del aeropuerto Ben Gurión, próximo a Tel Aviv, después de que por el mal tiempo se haya cancelado la ceremonia de despedida que había organizado el Gobierno israelí.