La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que se necesita resolver el reto que representa el gran flujo de refugiados y mantener la libertad de circulación en Europa, que considera uno de los pilares de la integración europea.
Merkel se expresó en ese sentido antes de entrar a la tradicional reunión del día de Reyes de sus socios de la Unión Socialcristiana (CSU) en Wildbad Kreuth (Baviera), y el mismo día en que Alemania, Suecia y Dinamarca han defendido en Bruselas el control de fronteras que están practicando ante la crisis de los refugiados. Según Merkel, se necesita lograr una reducción "significativa" del número de refugiados combinando diversas medidas.
Por una parte, apuntó, se necesita combatir en los países de origen las razones de los desplazamientos y, por otro lado, se requieren medidas nacionales como, por ejemplo, mejorar los procedimientos de retorno de personas a las que no se les reconozca el derecho de asilo. Según las últimas cifras oficiales, en 2015 entraron en Alemania cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo.
La CSU se considera el ala bávara del partido de Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), con quien forma un grupo parlamentario común en el Bundestag pese a definirse como una agrupación independiente.
Ante la crisis de los refugiados se han sucedido las diferencias públicas entre los dos partidos y la CSU ha pedido poner límite a la acogida y no superar los 200.000 solicitantes de asilo anuales, una posibilidad que no ha sido aceptado por Merkel.
"Es claro que hay diferencias entre la CDU y la CSU y probablemente los debates que tengamos hoy no lograrán superarlas", admitió la canciller, quien pidió no olvidar que "también hay muchas posiciones comunes entre los dos partidos". Las reuniones de Wildbad Kreuth han sido con frecuencia aprovechadas por la CSU para subrayar sus diferencias frente hacia la CDU.
El caso más extremo se dio en 1976, cuando la CSU aprobó una resolución para poner fin al grupo parlamentario común con la CDU, aunque posteriormente revocó esa decisión.