El ultranacionalista Norbert Hofer, candidato este domingo a la presidencia federal de Austria, cerró hoy su campaña electoral en Viena con un llamamiento a todos los austríacos a sentirse "orgullosos" de su país.
"Tenemos que liberarnos del viejo polvo y debemos volver a estar orgullosos de ser austríacos. Eso no significa menospreciar a otros países", manifestó Hofer en un acto celebrado en la Bolsa de Viena y al que acudió toda la cúpula de su partido, el Liberal de Austria (FPÖ), y también cientos de periodistas de todo el mundo.
En medio de una enorme expectativa internacional, Austria celebra este domingo la repetición de las elecciones presidenciales, invalidadas por la Justicia en julio por irregularidades formales en el recuento de los votos.
En esa votación inicial, celebrada el 23 de mayo, se impuso el candidato ecologista Alexander Van der Bellen por una mínima ventaja de 31.000 votos, pero los ultranacionalista impugnaron el resultado.
Con la invalidación de los comicios, el Tribunal Constitucional le concedió a Hofer una segunda posibilidad para convertirse en el primer presidente europeo de la extrema derecha.
En el cierre de campaña, Hofer se presentó hoy con un discurso suave y comprensivo en lo social aunque duro respecto a la inmigración, el tema dominante de la política austríaca tras la entrada de unos 130.000 refugiados en menos de dos años.
Para el ultranacionalista, los refugiados solo deben permanecer temporalmente en el país y no acceder a ayudas sociales.
"El asilo debe ser solo una protección temporal. Si la situación en los países de origen ha mejorado deben volver (a sus países). Les tenemos que dar las posibilidades y la formación para que puedan reconstruir sus países", señaló Hofer.
"Y aquellos que entran no deben tener acceso a los servicios sociales del país. Solo después de cinco años (de residencia) se debe conceder pleno acceso a ayudas sociales", concluyó en medio del frenético aplauso de sus seguidores.
Al inicio del acto, el líder del FPÖ, Heinz Christian Strache, presentó a Hofer como político "auténtico, honesto, cercano al pueblo y arraigado", quien será un "contrapeso al sistema político incrustado" del país.
"Ha llegado el momento para un presidente que represente realmente a los austríacos y no los intereses de los partidos", aseguró el jefe del FPÖ, que desde hace meses lidera las encuestas de opinión con gran ventaja.
Una victoria de Hofer podría causar una grave crisis en el ejecutivo, formado por el partido socialdemócrata SPÖ y el democristiano ÖVP, y llevar a elecciones generales anticipadas.
Van der Bellen, que cuenta con el apoyo de gran parte de las elites políticas, culturales y económicas del país, cierra su campaña por la tarde con un acto en un barrio obrero de Viena.