Centenares de manifestantes proseguían este martes los enfrentamientos que comenzaron en Kiev el domingo pasado contra la policía antidisturbios que custodia los accesos a la sede del Gobierno y se han cobrado ya cientos de heridos.
Los manifestantes, parapetados tras los autobuses incendiados el primer día de los disturbios, lanzan esporádicamente adoquines, cócteles molotov y otros objetos contra los policías, que responden con gases lacrimógenos, según las imágenes de televisión emitidas en directo desde el lugar de los enfrentamientos.
El lunes, en un llamamiento a la población, el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, advirtió de que las manifestaciones opositoras en Kiev se han transformado en disturbios masivos que amenazan con desestabilizar todo el país.
"Yo estuve dispuesto a escuchar vuestras opiniones y juntos encontrar una solución (...) pero ahora, cuando las acciones pacíficas se convierten en disturbios masivos, con pogromos, incendios y violencia, estoy seguro de que eso entraña una amenaza no solo para el orden en Kiev sino para toda Ucrania", dijo Yanukóvich.
De momento, el Gobierno ha negado que estudie la posibilidad de implantar el estado de excepción para poner fin a los desórdenes en al capital ucrania, aunque desde el Partido de las Regiones (PR), la formación gobernante, se hacen llamamientos a adoptar esa medida.
"Pedimos al presidente de Ucrania, garante de la Constitución, que adopte duras medidas en Kiev, hasta el estado de excepción, para restablecer el orden y la legalidad", afirma un llamamiento a Yanukóvich de un grupo de diputados del PR de la asamblea legislativa de la región de Lugansk.