La prima de riesgo de España ha perdido este año más de 100 puntos básicos al pasar de 220 a alrededor de 110, gracias a que el interés del bono español a diez años ha caído a mínimos históricos por debajo del 1,7%, lo que se ha traducido en un ahorro de unos 5.000 millones de euros en los costes de financiación.
En estas últimas sesiones del año, el adelanto electoral en Grecia podría corregir ligeramente al alza el rumbo bajista que ha seguido durante todo el año la prima de riesgo de España, que los expertos sitúan en torno a 70 puntos básicos en 2015, prueba de que el país se percibe ahora como un activo seguro entre los inversores de todo el mundo.
El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, que permite medir el riesgo país, ha llegado a caer hasta 105 puntos básicos, su tasa más baja desde mayo de 2010.
Pero algunos analistas, como los de BBVA Global Markets Research, creen que la prima de riesgo de España podría caer en 2015 hasta 70 puntos básicos, ya que el país seguirá siendo un activo atractivo para los inversores puesto que la economía española seguirá creciendo por encima de la media europea.
Las reformas emprendidas por el Gobierno, que se tomó muy en serio los deberes impuestos desde Europa y que comenzaba el año con la finalización del programa de asistencia diseñado para sanear el sector financiero, dentro del plazo previsto y sin prórrogas, llevaron a distintos organismos internacionales a alabar la trayectoria española.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) han valorado la puesta en marcha de las reformas, y sus efectos han sido reconocidos por las principales agencias de medición de riesgos, que han elevado a lo largo del año -Moody's en febrero, Fitch en abril y Standard & Poor's en mayo- la calificación del reino de España.
Pero además España, al igual que el resto de países periféricos de la zona del euro, se ha beneficiado de la determinación, al menos verbal, con la que el presidente del BCE se ha referido siempre a las medidas que puede adoptar el organismo para impulsar el crecimiento y combatir la baja inflación.
Por todo ello, el interés de los inversores extranjeros por la deuda pública española se ha reflejado en las compras efectuadas, que por primera vez han superado los 330.000 millones de euros y representan ya el 46,39% del total.
Por si esto fuera poco, a lo largo del año España ha reducido paulatinamente sus costes de financiación en más de un 36%: los 133.795 millones de euros captados en lo que va de año dentro del programa de financiación regular a medio y largo plazo no sólo han permitido adelantar financiación para el próximo año sino que se han colocado con un descuento de más del 36% respecto a 2013.
En concreto, el coste medio ha pasado del 2,45% de media en 2013 al 1,56% que marcaba en noviembre, lo que le supondrá a España un ahorro de unos 5.000 millones de euros en el pago de intereses, según estimaciones del Ministerio de Economía; en 2013, la cifra superó los 8.500 millones de euros.
De este modo, el Tesoro afronta con comodidad los elevados vencimientos a los que debe hacer frente en 2015, que superan los 200.000 millones de euros.
La emisión neta del Tesoro prevista para 2015, de 55.000 millones de euros, es la misma cifra que la registrada en 2014 pero 8.000 millones de euros más de lo anunciado en septiembre ya que el organismo tendrá que emitir más deuda en sustitución del endeudamiento de comunidades autónomas y entidades locales.