Paloma Lobo, presidenta del SEC: "En España existe un problema de educación sexual porque no está implantado en los colegios"

La media del inicio de las relaciones sexuales entre las mujeres españolas se sitúa en los 16,37 años, lo que supone tres años antes de la edad en la que lo hicieron sus madres (19,4 años), según se desprende de la Encuesta Nacional sobre Anticoncepción, titulada 'Hábitos de la población femenina en relación al uso de métodos anticonceptivos', encargada a la empresa Sigmados por el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).

Este dato, junto a otros muchos, se ha obtenido tras entrevistar telefónicamente a 1.800 mujeres de toda España de entre 15 y 49 años durante el periodo del 27 de junio al 20 de julio, con el objetivo de conocer los hábitos anticonceptivos actuales de la población femenina española y cómo se enfrentan a las relaciones sexuales.

Así, del trabajo se desprende que el 91,6 por ciento de las mujeres de entre 15 y 50 años ha mantenido relaciones sexuales alguna vez y, de ellas, el 91,3 por ciento asegura haber utilizado algún método anticonceptivo en alguna ocasión, si bien el 7,6 por ciento reconoce que la primera vez no utilizó nada.

Ahora bien, estos datos difieren entre las edades, ya que mientras que el 85,1 por ciento de las mujeres de 45 a 49 años aseguran haber utilizado un método anticonceptivo en su primera relación, el porcentaje se incrementa hasta el 96,7 por ciento en las menores de 20 años. "Que las jóvenes españolas utilicen más métodos anticonceptivos en su primera vez que lo que lo hicieron sus madres demuestra que hay una mayor sensibilidad y que la sociedad está avanzando en esta materia", ha comentado el presidente de la Fundación Española de Contracepción (FEC), José Ramón Serrano Navarro.

Una vez mantenida la primera relación, el 72,1 por ciento de las adolescentes sigue utilizando algún método anticonceptivo y sólo el 7 por ciento en edad fértil se expone al riesgo de tener un embarazo no deseado. Respecto al método más utilizado, y al igual que en encuestas anteriores, el preservativo sigue siendo el más elegido (29,6%) en todas las franjas de edad, seguido de la píldora (17,3%). Ahora bien, el uso de dispositivos intrauterinos se suele producir a partir de los 30 años, mientras que lo métodos irreversibles femeninos (vasectomía o ligadura de trompas) se registran fundamentalmente a partir de los 35 años.

Sin embargo, y pese al elevado uso de los métodos anticonceptivos, el 80 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años no usa conjuntamente un método eficaz para prevenir el embarazo (como por ejemplo la píldora, el DIU, el anillo vaginal, parche o implante) junto al preservativo, el cual previene las infecciones de transmisión sexual. En este sentido, el 5,5 por ciento lo hace de forma ocasional y el 14,3 por ciento lo utiliza siempre o casi siempre.

En relación a las mujeres que declaran utilizar el preservativo, el 58,4 por ciento asegura que siempre lo hace, si bien el 38,1 por ciento no lo utiliza en todas sus relaciones sexuales. Además, el 63,2 por ciento lo usa de forma correcta, es decir, al principio de la relación, pero el 29,1 por ciento lo hace una vez se ha iniciado la relación.

METODOS ANTICONCEPTIVOS REVERSIBLES E IRREVERSIBLES

Respecto a los métodos anticonceptivos de larga duración (DIU o implante), el 45,6 por ciento dice que en el momento de su asesoramiento anticonceptivo, que lo suelen recibir por parte del personal sanitario, no les informaron u ofrecieron la posibilidad de utilizarlos. "Hemos comprobado que a las mujeres jóvenes se les oferta muy poco, y a las que tienen más edad se les aconseja", ha apostillado Serrano Navarro.

No obstante, entre aquellas que sí lo utilizan el 50 por ciento señala que lo hace por la comodidad que aportan, el 22,5 por ciento porque les aporta una mayor seguridad para su salud, el 18,7 por ciento porque consideran que tienen una mayor eficacia y el 12,7 por ciento porque tienen un menor coste a largo plazo.

En este punto, los expertos han llamado la atención en que el 30,7 por ciento de las mujeres usuarias de anticoncepción hormonal combinada (píldora, anillo vaginal y parche cutáneo) realizan algún tipo de descanso periódico, porcentaje que aumenta hasta el 40 por ciento en las mayores de 40 años.

Los métodos irreversibles, como la vasectomía o la ligadura de trompas, ha sido otros de los aspectos analizados en el trabajo, observándose que entre aquellas que no conocían los métodos reversibles de larga duración, cuando decidieron recurrir a uno irreversible, el 58,4 por ciento hubiera seguido optando por una ligadura de trompas o la vasectomía de su pareja. Por el contrario, el 31,4 por ciento hubiera optado por un método reversible y un 10,2 por ciento no sabe lo que habría decidido.

Finalmente, y respecto a la anticoncepción de urgencia, la encuesta ha puesto de manifiesto que el 30 por ciento de las mujeres en edad fértil ha tenido que recurrir en alguna ocasión a la toma de la píldora del 'día después', porcentaje que se eleva al 38 por ciento entre las mujeres de 25 a 34 años de edad.

"Estamos satisfechos con los resultados, pero tenemos que seguir mejorando. En España existe un problema de educación sexual porque no está implantado en los colegios", ha apostillado la presidenta de la SEC, Paloma Lobo, quien ha leído el manifiesto por el Día Mundial de la Anticoncepción en el que, entre otros aspectos, se exige el cumplimiento "estricto, urgente y obligatorio" de la legislación en materia de acceso igualitario a la información y la atención de adolescentes sobre salud sexual y reproductiva.

Al mismo tiempo, en dicho manifiesto se demanda el compromiso "efectivo y necesario" de la educación sanitaria integral y desde la perspectiva de género y la información sanitaria sobre anticoncepción y sexo seguro que prevenga las infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

"Sólo una educación en materia de salud sexual transversal y progresiva una sociedad que viva en igualdad y garantice el acceso a la contracepción eficaz hará que nuestros adolescentes puedan vivir su vida con salud y prepararse para un prometedor futuro. Su futuro es nuestro futuro. Mejorar la vida de los adolescentes es apostar por mejorar nuestra sociedad", zanja el documento.

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