Turull tilda la DUI de "política" y defiende que siempre buscó pactar el 1-O

El exconseller de Presidencia Jordi Turull ha calificado la declaración unilateral de independencia (DUI) como una "expresión de voluntad política" como consecuencia de un referéndum, declarado ilegal, que el Govern intentó "hasta el último minuto" que "fuera pactado" con el Ejecutivo central.

Turull ha respondido en el Tribunal Supremo, durante el juicio del 'procés', durante más de tres horas y en castellano a las preguntas del fiscal Jaime Moreno, a quien ha acusado de defender un relato entorno a la violencia que "no tiene sentido" y es "delirante", ya que los ciudadanos de Cataluña son "pacíficos", todo lo contrario que la Policía y la Guardia Civil, cuya actuación el 1-O fue "desproporcionada no, lo siguiente".

Como ya hiciera Forn la pasada semana, Turull ha vuelto a tildar la resolución de la DUI de "declaración política" que encajaba "con el sentir mayoritario del pueblo catalán" tras los resultados del 1-O, hasta el punto que cuando el fiscal le ha preguntado que precisara si se trató o no de una declaración formal de independencia, él ha insistido: "Fue una expresión de voluntad política".

Referéndum pactado

Turull, que se enfrenta a una petición fiscal de 16 años de cárcel por rebelión agravada con malversación, ha defendido que el Govern intentó "hasta el último minuto" que ese referéndum "fuera pactado" con el Ejecutivo central, aún cuando el expresidente Carles Puigdemont dijo la famosa frase de "referéndum o referéndum".

Según su versión, el Govern "apostó por el referéndum" pero no por la "vía unilateral" porque el objetivo del Pacto Nacional para el Referéndum era "buscar un acuerdo con el Estado".

Como el acuerdo con el Gobierno central no llegó nunca, se vieron forzados a realizar un "ejercicio de ponderación" entre las resoluciones judiciales del TC y del TSJC con "su compromiso con los ciudadanos de Cataluña". "Nosotros, ponderándolo todo, es de la manera que fuimos actuando", ha subrayado.

Turull ha asegurado que por un auto del Constitucional "que no merece reproche penal" lleva un año en la cárcel, cuando el Gobierno central incumple cada día lo que dicta el TC y "aquí no pasa nada".

Y en cuanto a la violencia, clave en el relato de la Fiscalía para justificar la rebelión, ha negado que se contemplase como método para alcanzar la independencia porque sería una "operación fracaso", al tiempo que ha proclamado el "pacifismo" de la gente de Cataluña.

"Por mucho que se presente a la gente de Cataluña como violenta, este relato no tiene ningún sentido"

"Somos el país de Pau Casals (compositor del "cant dels ocells", considerado un himno por la paz). Por mucho que se presente a la gente de Cataluña como violenta, este relato no tiene ningún sentido, es más, es delirante", ha sostenido, no sin antes culpar a la Policía y a la Guardia Civil por una actuación "desproporcionada no, lo siguiente" el 1-O.

De hecho, en un momento de su interrogatorio, ha aprovechado una pregunta del fiscal Jaime Moreno para reprocharle que estos días ha oído "alguna expresión en tono acusatorio" que le parece que es "una auténtica falta de respeto a los ciudadanos de Cataluña".

"Los ciudadanos de Cataluña no son ovejas ni son gente que esta militarizada"

Y ha aseverado: "Los ciudadanos de Cataluña no son ovejas ni son gente que esta militarizada. La gente sea independentista o no, de izquierdas o de derechas, la gente tiene criterio".

Ha sido aquí cuando el presidente del tribunal Manuel Marchena ha intervenido -lo ha hecho después en más ocasiones- para advertirle de que "no aproveche el interrogatorio para hacer un juicio de valor sobre lo que le parece la acusación", ya que "va a tener derecho en el turno de última palabra a desahogarse todo lo que quiera".

Con la misma contundencia con la que ha negado la violencia en el 'procés', Turull ha rechazado que la Generalitat destinase "ni un euro" en la organización del 1-O o a la publicidad institucional, que le salió gratis a la Administración, algo evidente a su juicio, porque es "imposible" autorizar ninguna partida sin haber pasado antes "por los trámites de fiscalización".

Sobre todo en un momento en el que Cataluña tenía las cuentas intervenidas hasta el punto que se les preguntó "si a través del banco de tejidos y sangre se estaba destinando dinero al referéndum", una actuación del Gobierno central que ha calificado de "absolutamente surrealista", que muestra la falta de "confianza a los servidores públicos que evidentemente no habrían dejado gastar dinero publico".

Al igual que se ha desmarcado del registro de votantes en el exterior, el que fuera hombre fuerte del Govern ha dicho desconocer de dónde salieron las urnas o desde qué departamento se configuró el censo electoral que permitía votar en cualquier colegio.

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