La embajadora Marzenna Adamczyk, una anfitriona con sentido del humor

  • Es urbanita, divertida y sentimental, se defiende cantando y su vocación frustrada es ser piloto de avión

“Mi nombre es más o menos impronunciable”… La embajadora de Polonia en España, Marzenna Adamczyk, hace gala de su sentido del humor. Lo hemos comprobado en la visita que “Madrid, la ciudad de los 100 países” ha realizado a la sede de la embajada en Madrid, en Puerta de Hierro.

La casa le recuerda a “Romeo y Julieta”, aunque su 'Romeo' vive en Varsovia. Pero nunca se siente sola, nos dice, porque está rodeada de 100.000 compatriotas que viven en la Comunidad de Madrid.

Su mano derecha y Jefe del Departamento Político-Económico de la embajada, Piotr Dolata, dice de ella que es muy amable, muy trabajadora y llena de energía.

Para Marzenna Adamczyk el sentido del humor es fundamental. “A los seriotes no los quiero aquí”, nos cuenta, “de hecho a los polacos nos llaman los latinos del norte”. Además del trabajo diario, la embajadora nos cuenta que le gusta organizar “fiestuquis”, en las que seguramente se arrancará a cantar, una de sus aficiones preferidas.

De Madrid, dice, echará de menos todo, especialmente pequeños recuerdos de instantes sobre su gente, sus fiestas y sus amaneceres.

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