La persecución continúa, pero se traslada a Madrid

  • El análisis de Juan Luis Álvarez del capítulo 5 de La Víctima

La Víctima Número 8 se nos va a desbordar en esta entrega -5ª- en la que más que nunca no se pude dar nada por sentado y en la que Madrid, nuestra capital, se convierte en el perfecto marco para una historia que no hace más que sorprendernos.

Al protagonista, Omar, alguien le ha colocado una diana en el pecho, después de colgarle el asesinato de ocho personas en un supuesto atentado yihadista que escondía en realidad una intriga mucho más de andar por casa.

De momento, el mayor de los Jamal ha conseguido huir de los que le secuestraron para dar credibilidad a la conspiración con ayuda de su madre, su hermano Zakir, su novia Edurne y Eche, un periodista que ha conseguido ganarse la confianza de ésta.

También la inspectora a cargo de la investigación, Koro, comienza a manifestar dudas sobre lo que está pasando.

Así las cosas, en este gran capítulo número 5 la persecución continúa pero se traslada a Madrid, a donde Omar logró huir dejando atrás a su amigo, Ahmed, asesinado y encerrado en el maletero de un coche que se ha llevado la grúa y que va a ser descubierto.

Lo que ocurra después de esto nos va a dejar sin aliento. Además, Edurne va a ser utilizada por los investigadores para que les guíe hasta donde se esconde el presunto terrorista.

En este capítulo se va a cavar una tumba, se va a rezar en una mezquita con trastienda y se va a poner precio a la cabeza del perseguido, pero sobre todo tras recibir una paliza, Omar nos va a hacer dudar por primera vez si en realidad no es lo que parece...

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