Nuestra compañera Amalia Enríquez ha estado charlando con Raphael. El cantante jinense presentó la semana pasada 'Sinphónico & REsinphónico', un pack que une los dos proyectos presentados en 2015 y 2018, respectivamente. Raphael ha mostrado su lado más personal y ha reconocido que nunca va a perder la ilusión al subirse a un escenario.
"Me encanta mi trabajo y eso se nota. Y me encanta que se note, no paro", ha indicado el cantante, reconociendo que ha estado renovándose "constantemente". "Tengo la necesidad de ello. Tres veces la misma cosa no. Hay que darle una vuelta de tuerca a todo", ha agregado.
Sobre ello, ha confesado que aún quedan muchas versiones de su gran hit, 'Mi gran noche'. "Cada vez aprendo más, soy una persona muy aplicada. Tengo una ventaja que es que mi voz sigue respondiendo. Normalmente a una persona de mi edad, esto se va", ha indicado.
Una segunda vida
"Es un renacer constante. Esta segunda vida es maravillosa. Hay que cuidarse mucho para tener esta oportunidad. Como sano, no bebo, no fumo y soy bastante metódico para mis cosas y todo eso juega a mi favor", ha declarado sobre su trasplante de hígado.
En 2003 los médicos le diagnostican una insuficiencia hepática terminal. Necesitaba un trasplante de hígado urgente. El artista de Linares es trasplantado en el Hospital 12 de Octubre, en una operación que resultó ser todo un éxito.
Ocho nietos
Raphael puede contar con hasta ocho nietos. "Ellos me llaman por mi nombre menos Manuela, que me llama 'Pepel' porque se conoce que de pequeña no pronunciaba bien la letra 'r'. Yo no soy abuelo, no me gusta. El español lo usa siempre peyorativamente. Se me cae la baba pero no tiene porque largar lo otro", ha manifestado.
Por último, ha querido insistir en que sigue teniendo la misma ilusión cuando se sube a un escenario "pero solo acrecentada por los años". "Tengo cosquillitas pero nervios no. Salgo a disfrutar en el escenario y no tengo nervios", ha concluído.
