El Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, referente en la humanización del parto en el agua

El Hospital Universitario Rey Juan Carlos, situado en Móstoles, se ha convertido en un referente en la humanización del parto en el agua, una opción cada vez más demandada al proporcionar "un entorno íntimo, cálido y de movilidad libre que las mujeres perciben como respetuoso y facilitador del proceso".

Así se desprende de la I Jornada Humanizando el embarazo, parto y postparto, que ha reunido en el Hospital mostoleño a matronas, ginecólogos, técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) y pediatras para compartir conocimientos para "un inicio de vida más seguro y respetuoso para madres y bebés".

"El agua proporciona beneficios, principalmente para la dilatación, como la disminución de la sensación dolorosa gracias al efecto analgésico del agua caliente, mayor libertad de movimiento, mayor relajación muscular y emocional y la vivencia del parto como un proceso más controlado por la mujer", insisten desde el hospital.

Sin embargo, esta opción puede estar contraindicada o requerir vigilancia especial en situaciones como prematuridad, sospecha de pérdida de bienestar fetal, sangrado abundante o la necesidad de inducciones con oxitocina intravenosa, según ha explicado la supervisora del Bloque Obstétrico del Rey Juan Carlos, Elena Veiga.

En todo caso, según apunta Veiga, "siempre se realizará una evaluación individualizada al ingreso por parte de los profesionales para garantizar que la gestante pueda disfrutar del agua con total seguridad".

"Nuestra prioridad es que las familias reciban información desde el inicio, lo que evita inseguridades y mejora la adaptación al nuevo rol", ha añadido por su parte la directora de Enfermería del hospital mostoleño, Vanessa Carrasco, una de las de las principales ponentes de estas primeras jornadas.

Unas jornadas que se han centrado en fomentar la participación activa de las familias en intervenciones comunes como la monitorización fetal, la inducción del parto, la analgesia, el uso de oxitocina, las maniobras en partos instrumentales o la indicación de una cesárea.

Todas estas intervenciones se realizan "de manera estudiada y valorando el equilibrio entre seguridad de la gestante y del bebé, evidencia científica y situación individual", según explica la supervisora del Bloque Obstétrico del Rey Juan Carlos.

"Les explicamos por qué se recomienda una intervención concreta, qué alternativas existen y cómo acompañamos el proceso para que se sientan seguras, escuchadas y emocionalmente sostenidas en todo momento", añade, reiterando que el objetivo es "unir seguridad y respeto, para que cada mujer pueda vivir su parto como una experiencia positiva y acompañada".

Acciones simples, aplicadas desde los primeros días, reducen los riesgos sobre la seguridad del bebé, como colocarlo boca arriba para dormir en una superficie firme y sin objetos alrededor, favorecer el contacto piel con piel, evitar la sobrestimulación y confiar en la capacidad del bebé para autorregularse.

"Son pautas sencillas, basadas en evidencia, que ayudan a reducir riesgos y a ofrecer al recién nacido un comienzo de vida más seguro, más tranquilo y profundamente cuidado", ha resaltado Carrasco, directora de Enfermería del hospital mostoleño.

La alimentación durante el embarazo también tiene un impacto directo sobre el bienestar materno, la salud fetal y la preparación para la lactancia.

"Un estado nutricional adecuado mejora la energía, la recuperación posparto y la capacidad para establecer una lactancia eficaz; además, hábitos saludables adoptados en el embarazo facilitan la adaptación al ritmo y a las demandas del inicio de la lactancia", subraya Carrasco.

El trabajo del suelo pélvico en el embarazo fue otra de las cuestiones abordadas durante el encuentro, por su importancia a la hora de prevenir molestias como lumbalgias, sensación de pesadez pélvica o incontinencia y porque ayuda a mejorar la postura, la respiración y la conciencia corporal.