Corrida noble pero con poco empuje de Celestino Cuadri con la que Rubén Pinar ha saludado para corresponder a las dos ovaciones de los tendidos al arrastre de sus toros. Pinar, templado y seguro, entendió bien a su lote y le sacó cuanto pudo.
Fernando Robleño mató su lote con oficio y conocimiento mientras que Encabo, con los dos peores toros, hizo lo propio salvo que se enredó con la espada y el descabello para terminar con el cuarto.