Mientras la Asamblea Nacional debate el proyecto de ley que quiere imponer la tarjeta sanitaria para poder entrar en lugares cerrados, de restaurantes a teatros, las calles de París se convierten en el escenario de un duro enfrentamiento entre manifestantes contrarios a la medida, y la policía.
Miles de personas se manifiestan en varias ciudades francesas por este motivo. “La ley”, dice Henry, vecino de la capital francesa, “es discriminatoria, y quiero que se retire del debate en la asamblea”.
Este jueves, el gobierno italiano aprobó la “tarjeta verde sanitaria” que contempla las mismas restricciones que plantea el gobierno francés.
También en Italia, miles de personas se han concentrado, en especial en Roma, para exigir que la medida se deroge.
No pocos de ellos son decididamente negacionistas, como una manifestante que afirma, “nunca me vacunaré, no soy un sujeto de prueba. No es una vacuna, es un experimento”.
En Londres, cientos de manifestantes se han congregado en la plaza de Trafalgar para protestar contra el confinamiento impuesto por la pandemia y la vacunación obligatoria.
Y en Atenas, la manifestación ha terminado con fuertes enfrentamientos entre la policía y los concentrados.
Protestan contra la decisión del gobierno de obligar al personal sanitario y de residencias de mayores a vacunarse.
La otra cara de la moneda está al otro lado del atlántico, en Brasil, donde en las últimas 24 horas se han detectado 109.000 contagios.
Decenas de miles de manifestantes han exigido la dimisión del presidente Bolsonaro por su gestión de la pandemia.
