El ruido y la contaminación que provocan los coches que circulan diariamente por la A-5 es un quebradero de cabeza para los vecinos de una zona que la alcaldesa, Manuela Carmena, quiere transformar en zona urbana en breve.
Para ello, ha activado ya un radar de tramo a 70 km/h, pero además, ha anunciado la implantación de otras medidas para esta carretera, como es la instalación de semáforos, o la limitación de velocidad a 50 km/h, al considerar el Consistorio que se trata de una zona urbana.
Los vecinos que viven en los alrededores de la A-5 ven ahora como se aproximan las elecciones municipales, y temen que Manuela Carmena no sea reelegida y, por tanto, no pueda implantar estas medidas, por lo que piden que la alcaldesa ponga en marcha lo prometido antes de acabar con su legislatura.