La Hiruela se ha convertido en un paraíso fiscal para las empresas de renting de coches. Sus 80 habitantes tocan a 50 coches cada uno. ¿El motivo? Su beneficioso tratamiento fiscal para pagar el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica hace que numerosas empresas de alquiler y de renting concentren la matriculación de sus flotas en el municipio.
Ese impuesto se paga en función de la potencia fiscal del vehículo (en el caso de coches), la cilindrada (motos), el peso (camiones) y número de asientos (autobuses), de acuerdo con una tarifa mínima establecida para toda España, a excepción de País Vasco y Navarra.
Sin embargo, la ley permite a los ayuntamientos incrementar discrecionalmente dichas cuotas, con lo que pueden llegar a cobrar hasta el doble de la tarifa mínima, situación que ocurre en ocho de las 52 capitales de provincia y ciudades autónomas.