Una nueva encuesta de la consultora GAD 3, elaborada junto a la plataforma Denaria, revela que el dinero en efectivo mantiene un papel esencial en la vida cotidiana de muchos españoles, especialmente entre quienes tienen menores ingresos.
El estudio, presentado tras el gran apagón de abril, demuestra que el efectivo sigue siendo un refugio para los más vulnerables.
Según el 'V Barómetro sobre la necesidad de permanencia del dinero en efectivo', el 74% de los encuestados considera importante el uso del dinero físico en su día a día, un porcentaje que alcanza su nivel más alto en al menos cinco años.
Uno de los datos más reveladores es que entre quienes ingresan menos de 1.200 €/mes, más de la mitad (52%) afirma que el efectivo es su método de pago principal. Esto refuerza la idea de que las rentas bajas dependen especialmente de los billetes y monedas para sus transacciones diarias.
El estudio también pone foco en las personas mayores, entre quienes el apoyo al dinero metálico es especialmente elevado. Además, el 71% de los encuestados considera que el efectivo es un recurso esencial.
El reciente apagón también dejó huella en la actitud hacia el efectivo: el 35% de los españoles declara ahora tener más dinero en efectivo en casa que antes del corte eléctrico. El porcentaje es aún más alto entre los jóvenes de 18 a 29 años (47%).
Este ahorro en metálico no solo refleja una estrategia de precaución ante fallos tecnológicos, sino también una valoración del efectivo como recurso fiable en tiempos de crisis. De hecho, el 15% de los encuestados sitúa el efectivo como el segundo recurso más importante ante un destete crítico, solo por detrás del agua y los alimentos básicos.
Además, la encuesta también pone de manifiesto una preocupación creciente por la desaparición del efectivo: el 83% se opone a su eliminación como medio de pago. Entre los motivos más destacados para defenderlo están la privacidad (el 74% afirma que el efectivo protege mejor su intimidad) y la seguridad frente al fraude, así como su utilidad para controlar el gasto.
Sin embargo, el estudio señala también obstáculos crecientes para su uso: el cierre de oficinas bancarias y cajeros (52%), la negativa de algunas administraciones a aceptar pagos en efectivo (39%) y las comisiones por su manejo (43%) son algunas de las barreras que los encuestados mencionan.
Frente a esta situación, el presidente de GAD 3, Narciso Michavila, advierte de que la disminución del uso del efectivo podría afectar especialmente a los más vulnerables y llevar a una 'exclusión financiera'.