"Soy Domenico, tengo 40 años y soy italiano, vine a Madrid con una beca de cuatro meses y llevo 16 años. Ahora soy dueño de dos panaderías y gracias al pan y la pizza he conseguido mezclar lo mejor de Italia con lo mejor de Madrid", se presenta esta madrileño de adopción.
Domenico Rosso es un dicharachero y amigable italiano que vino a la capital para trabajar en organizaciones no gubernamentales y después de tomarse un año sabático decidió emprender.
Abrió un obrador de pan de masa madre en pleno centro de la capital y un puesto de pizzas en el Mercado de Tirso de Molina.
Los recuerdos en la cocina materna y su origen casi napolitano le han guiado en su saber hacer.