Las piscinas en Reykjavik se nutren del agua procedente de las centrales geotérmicas. Puede estar haciendo un frío gélido fuera del agua, que ésta siempre estará caliente. De ahí que los islandeses tengan como una de sus principales actividades de ocio acudir a las piscinas públicas. Hemos estado con María y sus niños en la de Árbæjarlaug (Fylkisvegur, 9), comprobando el curioso contraste de soportar cerca de cero grados en el exterior y agradecer los entre 36 y 38 del vaso de la piscina.
Después, Maribel nos enseña en Blue Lagoon, un balneario a unos 40 minutos del centro de la capital, en el que las cálidas aguas descansan sobre suelo de lava volcánica, que con las altas temperaturas se ablanda y desprende una especie de barros ricos en minerales beneficiosos para la piel.