En la desembocadura del Amazonas se encuentra Marajó, la isla fluvial más grande del mundo. En los 300 kilómetros de ancho que tiene el delta del río más caudaloso del mundo podemos encontrar playas -como la que nos enseña Nuria- de finísima arena poco explotadas por el turismo, en las que descansar, pescar, o conocer curiosos personajes.