En el barrio de San Fermín, situado en el distrito madrileño de Usera, los vecinos de un bloque de pisos han expresado su inquietud ante movimientos extraños y un ambiente sospechoso en su edificio.
Los vecinos han denunciado la presencia de un narcopiso en su escalera, donde el constante trasiego de personas ha levantado serias alarmas sobre actividades ilícitas. "Tenemos policía, pero no sabemos exactamente a dónde van. Hay mucha gente alquilada, e incluso hay personas okupadas. Ahora huele a marihuana aquí", declara un vecino.
El fuerte olor a 'maría' fue el motivo por el que ayer unos vecinos tuvieron que llamar a los servicios de emergencias, especialmente preocupados por la salud de una bebé enferma de once meses.
Los sanitarios del SAMUR, que llegaron al lugar para atender la emergencia, denunciaron la situación a la policía. Al intentar abrir las ventanas para ventilar el ambiente, se encontraron con el fuerte olor a marihuana que hacía casi imposible respirar.
"Teníamos a la niña mala y no queríamos abrir las ventanas porque el olor era muy fuerte. El SAMUR también lo olía. Fue por eso que llamaron a la policía", explican los preocupados padres.
En este contexto, muchos vecinos son mayores y temen represalias por hablar, lo que les lleva a mantener el silencio sobre lo que ocurre en su comunidad. "Yo no veo nada, pero lo que haya dicho la Policía y el SAMUR, llevan razón", expresa una vecina de 80 años.
El inmueble en cuestión es un piso alquilado, regentado por dos chicas, y los residentes sospechan que dentro se consumen drogas y se realizan otras actividades ilegales. La situación ha generado un ambiente de miedo e incertidumbre entre los vecinos, quienes claman por una solución efectiva ante lo que consideran un grave problema de seguridad en su edificio.