Se trata de un divertido show aderezado con baile, humor y mucho glamour, donde el innegable carisma y presencia de la cantante catalana comparte protagonismo con las grandes canciones de la época dorada de la música disco.
Roser se presenta acompañada de bailarinas y de un magnífico trío de Drag Queens, formando un tándem de una comicidad y complicidad desbordante en el escenario, que nos deleita con un espectáculo que muestra la esencia de aquellos años, además de despertar también la fibra nostálgica de toda una generación.
En resumen, una fiesta que brilla por si sola con las canciones que forman parte indiscutible de la banda sonora de nuestras vidas y presentada de la mejor manera posible, por un particular séquito de divas.