La lesión que sufrió Saúl en Las Ventas hizo a los doctores dudar de si el torero podría volver a caminar con normalidad. Saúl, haciendo caso omiso a los consejos médicos, se dispone a participar en la Maratón de Málaga para poner a prueba su pie derecho y comprobar si será capaz de volver a torear.
El malagueño compara el camino que supone una carrera tan dura con una tarde de toros, haciendo hincapié en que en ambos momentos pueda haber una intención de rendirse y en los paralelismos que podemos encontrar en nuestras vidas cotidianas: subidas y bajadas, golpes inesperados y satisfacción del deber cumplido.
Verónica y Mary, hermana y madre de Jiménez Fortes, le animan desde diversos puntos del recorrido y se divierten en un ambiente que dista mucho de la seriedad imperante en las plazas de toros. Saúl consigue finalizar la carrera contra todo pronóstico y su familia le espera para felicitarle al final del recorrido.
La reparación está un paso más cerca y la maratón sirve como pretexto para recorrer las calles de Málaga, localidad natal de este torero tan querido por los aficionados madrileños. La familia de Saúl le espera en la plaza de toros de La Malagueta.
