En el arranque de La Noche Golfa, Miguel Lago sorprendió con un monólogo cargado de humor, anécdotas personales y una musical declaración de admiración hacia el invitado de la noche: Bertín Osborne.
Durante su intervención, Lago también bromeó sobre su vida como padre de familia numerosa, comparándose con Bertín en número de hijos y desgranando las ventajas (y desventajas) de criar muchos niños en tiempos modernos.
Desde descuentos en restaurantes de comida rápida hasta lo incomprensible del lenguaje adolescente, el humorista conectó con el público con su estilo directo y sarcástico.
Entre risas, canciones y confesiones, La Noche Golfa volvió a demostrar por qué se ha convertido en una de las citas más irreverentes de la televisión nocturna.