El Ayuntamiento de Madrid convocará a los madrileños a una consulta ciudadana en febrero sobre los "detalles" del cambio en movilidad que sufrirá la Gran Vía, aunque no preguntará sobre su cierre al tráfico debido a que el equipo de Manuela Carmena ya ha decidido restringir la circulación a los no residentes.
El delegado de Participación Ciudadana y Gobierno Abierto de la capital española, Pablo Soto, ha anunciado en la comisión municipal del ramo que la consulta se hará entre el 13 y el 19 de febrero, coincidiendo con la votación ya convocada sobre dos propuestas vecinales que han obtenido el apoyo de más del 1% de los madrileños en la web de participación ciudadana y de la votación final sobre el diseño de la futura Plaza de España.
"Vamos a preguntar detalles concretos sobre cómo transformar la Gran Vía para que sea la propia ciudadanía la que decida y tengamos la Gran Vía que todos los madrileños quieren", ha comentado Pablo Soto. En concreto, el Ayuntamiento de Madrid preguntará cuatro aspectos: cómo serán las aceras, los pasos de peatones, qué hacer con las plazas aledañas a la arteria principal y cómo debe circular el transporte público.
La decisión de limitar el tráfico en la Gran Vía no se consultará a los madrileños de más de 16 años porque ya la ha tomado el equipo de Gobierno municipal: esa arteria formará parte de la gran área de prioridad residencial (APR) que impedirá el acceso a buena parte del centro de Madrid a quienes no residan en sus calles.
No obstante, el Ayuntamiento estudia que el acceso a la Gran Vía sea más flexible que en el resto de calles de la zona. El Ayuntamiento de Madrid acometerá este año obras en la Gran Vía para que la calzada y las aceras queden al mismo nivel, con una "plataforma única".