Los integrantes de la red mantenían contacto con otros miembros de la trama residentes en el extranjero, quienes les enviaban numeraciones de tarjetas desde Canadá e Inglaterra, que pertenecían, en su mayoría, a entidades bancarias estadounidenses. El líder del grupo y su lugarteniente también se encargaban de las relaciones con las personas que aportaban los datáfonos, empresarios que eran captados por la organización y que cedían los TPV a cambio de una pequeña comisión. Durante la operación, se han realizado cuatro registros en Madrid y Guadalajara en los que la Policía ha desmantelado dos laboratorios con toda la infraestructura necesaria para la falsificación, como ordenadores, lectores, grabadores o impresoras. Desde la Dirección General de la Policía, se ofrecen algunos consejos para evitar ser víctimas de la clonación de tarjetas, una práctica conocida ocmo skimming.