Las vacunas han sido muy eficaces en la prevención de enfermedades graves y en la mejora de la salud en todo el mundo. En las comunidades y países como el nuestro, en los que las vacunas se utilizan de forma generalizada, muchas enfermedades que antes eran frecuentes y hasta mortales (como la poliomielitis y la difteria) ahora son raras o están bajo control. Solo una enfermedad, la viruela, se ha erradicado por completo mediante la vacunación.
Y ese es un argumento que suelen esgrimir los grupos antivacunas: para qué vacunarnos de enfermedades desaparecidas. “La respuesta a esas opiniones contrarias a las vacunas o de personas reticentes a ellas es, en opinión de Leonor García Rodríguez, profesora de Enfermería en la facultad de Medicina de la universidad CEU San Pablo, mejorar nuestro discurso profesional y predicar con el ejemplo. Hay grupos de población, continúa, que infravaloran el riesgo de adquirir enfermedades. Por eso hay que reforzar la información que trasladamos a nuestros pacientes”.
