Una de las señales de alarma más evidentes entre los jóvenes es el desarrollo de conductas agresivas consecuentes a la prohibición o imposibilidad del acceso a las nuevas tecnologías. Uno de los grandes obstáculos de la problemática es “que avanza a mucha mayor velocidad que los medios para regularlos, no sólo a nivel científico, sino incluso ético y jurídico”. Así lo afirma en Fórmula Salud Esther Rincón, profesora del Departamento de Psicología de la facultad de Medicina de la universidad CEU San Pablo.
Cuando un menor realiza una conducta violenta clara y directa, a través del móvil, tablet, ordenador o similar, como puede ser el ciberacoso o el ciberbullying, es muy probable que antes ya hubiera manifestado conductas similares ante las que habría que haber respondido de forma contundente. Así lo expresan estudiosos de las nuevas adicciones digitales. “La adicción a las nuevas tecnologías, afirma categórica Esther Rincón, directora del Grupo de Investigación Psycho-Technology del CEU, constituye una de las principales preocupaciones del nuevo Instituto de Estudios de las Adicciones IEA-CEU del que formo parte. Si formamos a los padres y profesores podemos prevenir a los menores”.
