La vida en las residencias de personas mayores de Madrid ha cambiado de forma radical tras la primera ola de la COVID-19 y eso es aún más notorio con la inmunización de estos mayores, principales víctimas de la pandemia. Como señala en Fórmula Salud la doctora Cristina Bermejo, vicepresidenta de la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología y jefa del servicio de Geriatría del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, “en aquella primera ola teníamos brotes de 40-50 mayores y en febrero de 2021, con la segunda dosis de la vacuna inyectada, no hubo ni un solo paciente ingresado en nuestro hospital.” Pero los daños del confinamiento y las restricciones derivadas del mismo complicaron la vida de los residentes. “Uno de cada cinco había empeorado la movilidad, uno de cada cuatro aumentó el deterioro cognitivo y las depresiones pasaron del 11% antes de la pandemia al 54% y esto no debe volver a suceder” Para ello, señalan los expertos, es necesario la conjunción de servicios sociales y sanitarios en un mismo lugar. Ese debe ser el principal aprendizaje que hemos de sacar de una pandemia sin precedentes.