Entre la madera y el silencio del Ateneo, Lucía y el detective revisan periódicos y publicaciones del 84, mesas con memoria y una galería que mira desde los retratos.
Entre noticias de apagones, fichas antiguas y un rincón que fue de su abuelo, aparece un cuaderno olvidado que hace que el pasado deje de ser literatura y señala un destino muy concreto.