Muchos de los oficios de antaño han ido desapareciendo debido a la expansión de la ciudad y a la modernización. Sin embargo, y aunque pueda resultar sorprendente, uno de los que sigue presente en la región madrileña es el de los campaneros.
Entre sus toques se distinguen dos tipos: el litúrgico y el civil, que servía para transmitir mensajes al pueblo a través de las campanas. Así, por ejemplo, los pastores sabían cuándo regresar a sus hogares cuando había niebla.